La verdad es que se puede comparar a muy pocas cosas, pero la cara, la sonrisa y el cuerpo que tienes cuando llegas a casa con el bebé después de dar a luz en el hospital seguro que está en el top-3 de los mejores momentos de nuestra vida. Es un tiempo de esperanza, de ilusión aunque también de miedos y de responsabilidad. Tenemos que tener todo preparado para que el niño o niña se encuentre cómodo y feliz.