La vida es un continuo devenir de etapas. Una persona pasa, a lo largo de su vida, por un buen montón de etapas, en las que los propósitos, la autonomía o la capacidad para desempeñar cualquier labor son diferentes con respecto a la anterior. Unas son, eso sí, más fáciles o más difíciles que otras. Ser capaces de disfrutar las etapas de la vida destinadas a ello y superar en la medida de lo posible y en las mejores condiciones las difíciles debe ser el principal cometido de cada uno de nosotros.
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