El sudor es una respuesta normal ante diferentes estímulos, la temperatura, el exceso de ejercicio, la fiebre, el miedo o los nervios. Pero cuando esto no ocurre de manera puntual, si una persona tiende a sudar en exceso frecuentemente y de manera profusa, entonces, es posible que se deba a la hiperactividad de la glándula tiroides, bajos niveles de azúcar en sangre o una trastorno en la zona del sistema nervioso que regula la sudoración, que provoca una sudoración excesiva. La hiperhidrosis no solo es una patología molesta, sino que además puede provocar infecciones en las zonas afectadas. Y esto ocurre porque algunas personas necesitan sudar más para regular la temperatura de su cuerpo, y los signos de esta enfermedad suelen presentarse en la niñez o en la adolescencia.
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