El diseño de interiores o interiorismo es todo un arte que combina elementos como la armonía, el espacio y la decoración para conjugar los mismos, creando diseños únicos, exclusivos y personalizados. Tras una interesante conversación con Sebastián Bayona Studio, profesional del diseño de interiores, hemos descubierto las claves y factores necesarios para concebir un buen diseño de interiores.
Para muchos, este aspecto de la decoración puede resultar una extravagancia de lujo, pues requiere de la contratación de un profesional que se encargue de todo lo concerniente al mismo. Sin embargo, el diseño de interiores va más allá de la mera excentricidad, el lujo y el postureo. Tu vivienda es el lugar más importante, el sitio en el que vas a pasar mas tiempo y donde van a crearse maravillosos momentos, sea en familia, soledad o rodeado de amigos. Siendo así, ¿por qué no dedicar la atención que se merece? Convertir una vivienda en hogar, pasa por contar con un buen diseño de interiores que transforme esas cuatro paredes en un lugar hermoso, agradable y cálido que invite a pasar y, quedarse.
El diseño de interiores es un área muy interesante a varios niveles: estudia la armonía, las texturas y la configuración de los espacios, entre otros aspectos, con la finalidad de crear lugares funcionales y agradables. Veamos en este post, algunos de esos conceptos, los principios y elementos básicos del diseño de interiores que, tú mismo o misma, podrás aplicar en tu vivienda.
Antes de continuar, no podemos pasar por alto un pequeño detalle: en muchas ocasiones, se confunde el diseño de interiores con la decoración de interiores. La línea que separa ambos conceptos es fina y difusa, sin embargo, la diferencia reside en algo fundamental como que, la primera, estudia los espacios y su estructura y no solo los acabados finales y aspectos decorativos. La decoración de interiores, interviene para conceder el valor estético final.
De esta manera, un profesional del diseño de interiores, estudia la estructura del espacio en cuestión, para determinar la mejor manera de distribuir el espacio, conjugándolo con elementos tan importantes como la iluminación y el mobiliario.
Principios básicos del diseño de interiores
Diseñar y decorar un espacio interior, sobre todo si se trata de la vivienda propia, no es algo que deba tomarse a la ligera. Como es lógico, contratar a una persona que se encargue de estas cuestiones no es algo que se encuentre al alcance de todo el mundo. Aunque sin duda sería la mejor opción, para aquellos que no puedan permitírselo o simplemente, quieran darse el capricho de ejercer de diseñadores de su propia casa, vamos a indicar una serie de principios básicos a tener en cuenta para ser capaces de decorar espacios.
Esta serie de principios no suponen reglas rígidas, por el contrario, suponen una orientación elemental para hacer la planificación que siempre ira encaminada y adecuada a los gustos, intenciones y necesidades particulares. Un buen diseñador, tendría en cuenta estos factores a la hora de planificar el diseño.
Antes de empezar con el diseño, hay que tener en cuenta el tipo de actividad a desarrollar en cada estancia. De tal manera que resulte más fácil determinar la configuración de los diferentes elementos a utilizar.
Partiendo de este punto, lo más importante es la armonía. Lograr que los elementos que componen el diseño estén equilibrados sin oponerse, mediante un orden que no resulte incomodo visualmente hablando. Perseguir el equilibrio entre estética y funcionalidad, optimizando los espacios.
Guardar la proporcionalidad y la escala correspondiente al tamaño de los objetos y el espacio. No es raro encontrarse en un lugar que parece pequeño por encontrarse atestado de objetos. La proporción adecuada contempla el tamaño de los objetos relacionados entre sí. Por ejemplo, colocar una cama grande en una habitación pequeña, no resulta proporcional y limita el espacio.
Los colores son otro elemento fundamental al que prestar atención en lo que a decoración y diseño respecta. Aplicar los colores de forma correcta, da como resultado la creación de ambientes con la intención pretendida. Es bien sabido que algunos colores hacen que la estancia produzca relax, en tanto que otros, pueden producir un efecto contrario y estresar.
La psicología del color, contempla la influencia de los colores sobre los estados emocionales, de manera que las tonalidades azules, estimulan la calma, los naranjas fomentan la creatividad, los amarillos producen alegría y energía, mientras que los verdes, infundan paz.
Hablar de texturas en el campo del diseño de interiores, es hablar de muebles y objetos decorativos, suelos y paredes y materiales que componen el espacio. Todos estos elementos, deben incluirse de manera estratégica en función del estilo decorativo que se pretenda implantar. Una variedad limitada funciona mejor que la sobrecarga que puede suponer utilizar muchas texturas diferentes.
Para crear atmósferas concretas, la iluminación es el factor elemental. Evaluar la cantidad de luz natural que entra en la estancia y como complementarla con luz artificial, permite adaptar los puntos a iluminar para lograr un clima adecuado.
Evidentemente, la distribución del espacio y los objetos, es uno de los puntos fuertes donde entra en juego el diseño de interiores. Evaluar y estudiar la relación de las personas con el entorno y como se adaptan las actividades que se van a realizar en determinado lugar. Organizar los espacios de manera que el mobiliario y los objetos de decoración faciliten el tránsito sin interferir con las zonas de paso. Controlar la altura de los cuadros, estanterías y cajoneras, es un aspecto por igual, primordial para no entorpecer y propiciar la funcionalidad.
Jugar con las formas y las líneas para definir y configurar los espacios, en base al orden del recorrido visual y físico de la estancia, permite a su vez, crear y transmitir sensaciones. Por ejemplo, las líneas verticales, generan sensación de altura; las horizontales, amplitud. Incluir círculos produce dinamismo y las líneas curvas, suavizan.
No hay que olvidar el punto focal, el lugar donde se pretende crear énfasis y convertirlo en el que llama la atención en el espacio. Ese objeto que destaca sobre el resto, definiendo la decoración de la estancia. En numerosas ocasiones, este punto puede definirse de forma intencionada, sin embargo, suele estar presente de forma natural, centrándose en chimeneas o grandes ventanales que, de por sí, atraen la atención sin necesidad de más.
Como aprovechar estos principios básicos para el diseño
Muchas veces, no es suficiente con la teoría. La práctica es fundamental para que esa teoría, cobre vida y tenga validez. Por esa razón, antes de empezar con el diseño, es muy recomendable buscar la inspiración en otras fuentes. Es fácil encontrar ideas en diferentes sitios como revistas, páginas de diseñadores o simplemente, visitando lugares.
Por otro lado, es importante saber de antemano que se pretende lograr con el diseño que se va a realizar. ¿Un ambiente agradable para leer relajadamente? ¿Un despacho para trabajar? ¿Tal vez un espacio de juego para los más pequeños? Hay que definir la idea.
Los profesionales hacen bocetos, dibujos o se componen un tablero de ideas. No está de más seguir sus líneas de trabajo. Puedes realizar bosquejos o crear una lista de tareas para lograr el diseño que quieres. No hay que olvidar la importancia de contar con un presupuesto detallado en el que se defina el orden de prioridad de los pasos a dar y lo elementos a comprar.
Hay que tener presente en todo momento que un buen diseño de interiores no se basa únicamente en disponer de una bonita decoración, tiene que ver con la creación de un espacio que procure bienestar emocional, al mismo tiempo que resulta funcional y cómodo.
Lograr que genere sensaciones agradables basándose en los colores, el olor, la temperatura y, por supuesto el orden y la limpieza. Una casa se convierte en hogar cuando se adapta a las personas que la habitan. Es muy diferente diseñar un espacio en el que hay niños o bebés que hacerlo para adultos mayores o una pareja joven. Cada familia, tiene sus particularidades, gustos y necesidades.
A modo de resumen, podemos decir que, según los profesionales del sector, los principios del diseño de interiores son: el balance, el énfasis, el ritmo, la proporción y la escala y, la armonía y unidad.
El balance que hace referencia al equilibrio visual en una estancia.
El énfasis que no es otra cosa que el punto focal de una habitación.
El ritmo que, proporciona al ojo la línea visual que debe seguir al entrar en la estancia.
La proporción y la escala que se encarga de la relación entre el tamaño de la habitación y los objetos que la componen.
Armonía y unidad que define si un diseño es bueno o no, cuando se observa un todo unificado que abarca todos los demás elementos y principios del diseño.
Teniendo en cuenta todos estos factores y sabiendo como aplicarlos, sin perder la esencia de lo que pretendemos crear, realizar un buen diseños de interiores sin contar con la ayuda de un profesional, no debe resultar una tarea difícil. La experiencia puede dar un resultado sorprendente y sacar el talento que todos tenemos dentro.