Ya habrás comprobado que el coronavirus lo ha cambiado todo. Ni siquiera algo tan simple como ir al dentista será ya lo mismo. Afortunadamente las clínicas dentales son las que más medidas han tomado desde siempre y podrás seguir yendo a tus citas con toda la seguridad. Eso sí, detrás de todo hay un exigente protocolo higiénico para estar en buenas manos. Por este motivo, llamamos a la puerta de la Clínica Cooldent para que nos cuenten cómo serán a partir de ahora las visitas. “Siguiendo las máximas estipuladas por el Consejo de Dentistas de España, hemos tomado las siguientes medidas de protección frente al Covid-19”, comentan.
En la entrada
La cita será como siempre se hacía, con cita previa. Y una vez que vayas a entrar en la clínica es cuando comenzará el nuevo protocolo. En la zona de recepción de los pacientes, en el despacho todo estará controlado por un espacio de seguridad con una pegatina visible hasta el mostrador de recepción. Además habrá que poner una pantalla de metacrilato, todo tal y como indica el protocolo del Consejo de Dentistas de España.
En la entrada de la clínica se utilizará hipoclorito sódico para desinfectar de forma eficaz la suela de los zapatos y facilitamos al paciente unas fundas cubre zapatos. Y es que se ha comprobado que en los zapatos suele ser un foco de infección.
En el caso de esta clínica dental también toman la temperatura mediante termómetro de infrarrojos (tranquilo, se hace a distancia), y ofrecen una dosis de gel hidroalcohólico para que el paciente se desinfecte las manos durante 20 segundos. Ya sabes que el lavado de manos es vital, porque es el principal transporte hacia la cara.
Dentro de la consulta
Una vez que se haya pasado este protocolo, es el momento de entrar a la consulta. Previamente, los profesionales de la clínica habrán planificado el material e instrumental estrictamente necesario. También se prepara el EPI necesario.
Una vez colocado el EPI, también se tienen en cuenta el no tener a la vista material o instrumental que no se vaya a utilizar. Esos estarán bien guardados en unas cajoneras cerradas para evitar posible contaminación viral cruzada. Hay que limitar al máximo todos los aparatos y el material encima de los muebles para facilitar la posterior limpieza y desinfección de superficies.
Posteriormente también se colocará film plástico en determinadas áreas de mayor riesgo de salpicadura o aerosoles. Todas las zonas de contacto habitual del equipo, es decir, las agarradera de lámpara del sillón, asa de bandeja del equipo, zona de botones del equipo, etc.) deberán cubrirse con film plástico entre paciente y paciente. De ahí que el trabajo de las auxiliares será vital.
En la silla del dentista
Antes de iniciar cualquier procedimiento, hay que colocar un babero plástico impermeable. En aquellas intervenciones que generen aerosoles, colocar protección ocular al paciente.
Antes de proceder a cualquier examen o tratamiento intraoral, se recomienda que el paciente utilice un colutorio durante 30 segundos al objeto de disminuir la carga viral, de peróxido de hidrógeno al 1%, povidona iodada al 0,2% o cloruro de cetilpiridinio al 0,05-0,1%.
Una vez terminado
Después de que el dentista haya finalizado el tratamiento, todas las protecciones que hayamos colocado, film plástico, babero, paños y todo el demás material contaminado, son depositados en un contenedor de tapa dura y apertura con pedal. Hay una bolsa de plástico que, una vez llena se cierra y se introduce en una segunda bolsa para su desecho.
Y de nuevo arranca el proceso. Se procede a una minuciosa limpieza y desinfección de superficies y zonas de contacto con el paciente, con un especial cuidado a los apoyabrazos y apoyacabeza del sillón dental, zona de escupidera, zona de aspiración, bandeja porta instrumental del sillón, todos los lugares que son más empleados durante la intervención.
En el caso de esta clínica dental, han comprado 5 purificadores de Aite HEPA, carbón activo, lámapara UV e ionizador como medida complementaria a todo lo indicado anteriormente. Además, el suelo del área clínica lo limpian al menos en 3 ocasiones: al inicio por la mañana, al mediodía y al finalizar la jornada laboral.
Aplicando estas medidas está claro que ir al dentista no es un ejercicio peligroso. Todo lo contrario, puedes ir con toda la tranquilidad del mundo. Es un momento complicado de miedo y de distancia social, pero está claro que tomando las medidas adecuadas todo se puede lograr. Una nueva normalidad que pronto se convertirá en rutina, pero tenemos que poner todos de nuestra parte. Normal que algunos profesionales ya digan que su clínica es más segura que su propia casa.