La psicología y los disfraces

Compartir

Acabamos de pasar por el mes del disfraz por excelencia, Febrero, en el que casi todos los años tiene lugar la festividad de Carnaval y la mayoría de nosotros, unos más que otros, nos disfrazamos para pasarlo bien, ya sea en familia, con amigos e incluso en fiestas organizadas y eventos especiales. Ahora bien, ¿por qué elegimos un disfraz y no otro?  La psicología tiene la respuesta.

El disfraz nos da la posibilidad de comportarnos de un modo, o de hacer ciertas cosas sin temor a ser juzgados por nuestro aspecto y eso nos libera, en cierto modo, de la carga que la sociedad impone sobre nuestros hombros desde bien pequeños por miedo al ridículo. En Psycholístic, experto psicólogo en San Celoni, aseguran que a veces el disfraz nos da la oportunidad de ser nosotros mismos sin miedo a las posibles represalias.

De hecho, ¿qué son los juegos de “rol en vivo”? en ellos, los aficionados se disfrazan y adoptan personalidades que, o bien les gustaría tener o bien ya tienen pero encubren por miedo a no encajar. Así, nos cuentan en Evil Tailors, una persona con una personalidad fuerte pero que se ha visto obligada a vivir de modo discreto (bien por temas familiares, educación e incluso por traumas infantiles) tiene la posibilidad de escoger el traje que más le apasione, como el de caballero medieval o el de elfo con poderes, y durante unas horas dejar salir todo su poder de mando, de líder, y dar rienda suelta a su personalidad.

Lo que tu disfraz puede contarnos

Disfraces hay muchísimos y sería completamente imposible analizarlos todos para saber el motivo por el cual una persona decide disfrazase de zombie, conejito o superhéroe, pero si podemos dividir los disfraces en grupos para ver un poco qué personalidad puede tener aquel que elije llevar un disfraz que pertenece a ese grupo.

Disfraces sexis: normalmente son personas que en su vida rutinaria tienden a ser más reprimidas, bien por vergüenza o bien por el contexto en el que se mueven, y tienen esa faceta bastante dormida. Por eso, aprovechan esta ocasión para explorar su “yo” más sensual, su lado más pícaro. Sin embargo hay que dejar a un lado a todas esas adolescentes que quieren llevar disfraces sexis pues no tiene nada que ver con su personalidad y sí con el momento en el que se encuentran.

Disfraces originales: si una persona, de manera individual, elige el disfraz más original que pueda ocurrírsele para acudir a una divertida fiesta, probablemente estaremos ante una persona con una personalidad muy teatral, a la que le gusta llamar la atención. Sin embargo, su es un grupo de amigos los que han elegido buscar algo original para disfrazarse en carnaval, probablemente estaremos ante un grupo al que le gustaría liberarse en cierta manera y como en solitario no se atreven, se esconden detrás del colectivo para hacerlo.

Disfraces históricos o políticos: suelen ser disfraces elegidos por personas que quieren demostrar su grandeza jugando un papel especial. Pueden convertirse en presidentes del gobierno o en jefe de la oposición demostrando así sus ideales, o acabar siendo rey de Escocia, y liderando así a un grupo de plebeyos.

Disfraces que ocultan: hablamos de todos esos disfraces con máscaras y rostros ocultos bajo los cuales puedes hacer casi cualquier cosa sin miedo a la reprimenda. Al ocultar los ojos ocultamos también nuestro interior y podemos actuar desde la clandestinidad y el anonimato.

Disfraces de superhéroes: un disfraz muy elegido por personas suyos ideales les hacen pensar que, en cierto modo, pueden cambiar el mundo. Además, por poca relación que parezca tener una cosa con la otra, quien elige este disfraz suele tener una especie de pasión por su cuerpo bastante marcada, se cuidan mucho, y les gusta lucirse.

Disfraces infantiles: los suelen llevar personas extrovertidas que quieren dejarse llevar, hacer el payaso y disfrutar de la noche sin que nadie les llame la atención por estar haciendo el ridículo. Con personas extrovertidas, y tal y como indican en Carnaval y Mucho Más, la conocida tienda de disfraces online, suelen ser comprados por personas que pasan ya de la cuarentena.

Disfraces del sexo opuesto: los hombres que se comportan de forma femenina durante su vida tienden a recibir críticas e incluso insultos, pero si van disfrazados la cosa cambia. No estamos hablando de que todas las mujeres que quieran disfrazarse de hombres, o de que todos los hombres que quieran disfrazarse de mujeres, tengan que ser homosexuales ni mucho menos, sino que la feminidad o masculinidad forman una parte importante de su personalidad y durante su vida cotidiana se han visto obligados y obligadas a ocultarlas.

Disfraces de animales: esto trae consigo una gran simbología por lo que nos podríamos tirar horas analizando cada animal. El oso como símbolo del amor, o el león como el rey de la selva…

Disfraces de famosos: normalmente elegimos un famoso fácil de imitar y que tiende a provocar la risa, pero en el fondo y de cierta manera, admiramos ese personaje y por eso queremos disfrazarnos de ellos.

Los que no quieren disfrazarse: personas autoritarias, conservadoras, con miedo al ridículo y al “qué dirán”.

Ahora la pregunta es ¿de qué te disfrazaste tú?

Más para explorar

Scroll al inicio