Los odontólogos de Puerta de Alcalá Clínica Dental, una clínica ubicada en el centro de Madrid dirigida por especialistas en salud dental con una vasta experiencia, señalan que durante el embarazo la mujer sufre una serie de cambios hormonales que afectan de lleno a la salud de la boca. Conozcamos cuáles son.
Durante años ha existido la leyenda que cuando el feto está formándose en el útero materno absorbe calcio de los dientes de la madre para conformar sus huesos. Este es un rumor popular que no cuenta con ninguna base científica.
Lo que sí sucede durante el embarazo es que la mujer sufre una serie de cambios fisiológicos, ocasionados por el hecho de estar fraguando vida en su interior, que para que se entienda de una forma visual, hace que las hormonas anden revoloteadas. Dejando por momentos, determinadas partes del cuerpo con las defensas bajas. Desprotegidas ante la acción de virus y bacterias. Una de esas partes es la boca en su conjunto.
Podemos decir que gran parte de la función inmunológica de la mujer se centra en el vientre, donde se está formando la vida. Por eso la madre ha de cuidar otras partes de su cuerpo para sentirse fuerte y que el embarazo no le deje secuelas.
Respecto a la salud bucal, los odontólogos señalan que es adecuado que una mujer visite al dentista en el primer trimestre del embarazo. Es cuando su cuerpo está sufriendo una serie de cambios hormonales que suelen afectar al área de la boca. El otro momento clave es el sexto mes. El embarazo entra en su último trimestre y el cuerpo se está preparando para dar a luz.
A lo largo de los 9 meses de embarazo, estos son los principales problemas que suelen afectar a la salud bucal de la madre.
Erosión dental.
Durante el primer trimestre es normal que la mujer sufra náuseas y vómitos. Esto hace que una serie de ácidos y jugos procedentes del estómago inunden la boca, erosionado la capa protectora del esmalte dental. Esta erosión favorecerá la aparición de caries, al sentirse los dientes menos protegidos y el aumento de la sensibilidad dental. Es decir, dolores agudos en los dientes al consumir bebidas frías o calientes.
La razón principal de las náuseas se debe a que durante el embarazo la mujer dispara la producción de ciertas hormonas como el estrógeno y la gonadotropina. Estas hormonas influyen en el funcionamiento gastrointestinal y en de la región del cerebro que controla el vómito.
Las hormonas ralentizan el vaciamiento del estómago. Lo que hace que los alimentos permanezcan más tiempo en el aparato digestivo. Al quedar restos de comida en el estómago, junto con ácidos que intervienen en su digestión, cualquier estímulo externo puede provocar el vómito. Uno de estos estímulos, el olfato. Durante el embarazo, algunas madres gestantes desarrollan de manera intensa la sensibilidad olfativa. Olores que antes no les afectaban en su vida diaria, ahora les provocan repulsión física.
Para que las náuseas y vómitos no desgasten el esmalte dental, los dentistas recomiendan enjuagarse la boca, para eliminar los restos de comida y de ácidos, y lavarse los dientes 30 minutos después de haber sufrido las náuseas. Cuando el pH de la boca se restablezca.
Problemas en las encías.
Las enfermedades en las encías: la gingivitis y el comienzo de la periodontitis, son unos de los problemas dentales más habituales entre las embarazadas.
La plataforma digital para odontólogos Dentaid señala que debido a los cambios hormonales que se producen durante el embarazo existe una propensión sistémica a sufrir enfermedades periodontales, ya sea en forma de gingivitis o periodontitis.
La gingivitis es una infección de las encías. Las bacterias que conforman la placa bacteriana actúan sobre la línea de las encías que recubre los dientes, el tejido gingival. Provocando inflamación, sangrado (sobre todo durante el cepillado) y un retroceso de las encías. Dejando parte del diente sumergido al descubierto.
La periodontitis es una evolución negativa de la gingivitis. En este caso, las bacterias han logrado penetrar dentro de las encías, creando bolsas entre estas y los dientes, que infectan la parte sumergida del diente, su raíz y los tejidos blandos que lo rodea. La gingivitis lleva en su evolución a la caída de los dientes naturales. De ahí que surja la leyenda de que con cada embarazo la madre pierde un diente.
Se calcula que alrededor de un 25% de las mujeres españolas en edad fértil tienen gingivitis. Esta enfermedad se agrava durante el embarazo.
Según Dentaid entre un 60 y un 75% de las mujeres gestantes desarrollan alguna enfermedad en las encías entre el tercer y el octavo mes de gestación. Una especial atención requiere el tema de la periodontitis. Determinados estudios médicos indican que existe una relación directa entre esta enfermedad y la propensión a sufrir partos prematuros.
La acción de las bacterias dentro de las encías pueden hacer estas entren dentro del torrente sanguíneo. La ralentización de la circulación venosa que se produce durante el embarazo, unido a la capacidad invasora de las bacterias, puede hacer que lleguen hasta la placenta. Cuando el cuerpo de la madre valora que la concentración de bacterias es peligrosa para el feto, puede provocar el parto para salvar la vida del niño.
No hay que alarmarse. El porcentaje global de partos prematuros no supera el 10% del total, y en nuestro país está cifrado en torno al 8%. No siempre las enfermedades periodontales son un factor desencadenante. Pero, en cierto modo, llevar un control de la salud dental influye indirectamente en el control del embarazo.
Xerostomía.
La disminución en la producción de saliva es un fenómeno común entre las embarazadas. Crea unas condiciones favorables para el desarrollo de caries y enfermedades en las encías.
La web N.I.H., National Institiut of Healt, un instituto norteamericano de investigación sobre salud pública, indica que la xerostomía es un problema médico que se produce cuando no hay suficiente saliva como para mantener la boca húmeda.
Es normal que en situaciones de estrés podamos tener la boca seca, pero si esa situación se prolonga en el tiempo crea un ambiente que favorece la concentración y actuación de microorganismos dañinos. La saliva humedece y contribuye a descomponer los alimentos, favorece la acción de tragar, pero también limpia los restos de comida que quedan entre los dientes y las encías y aporta calcio y fosfato que mantiene a los dientes fuertes.
La disminución de la producción de saliva vuelve a tener su origen en los desequilibrios hormonales. La mujer embarazada produce una cantidad de hormonas fuera de lo habitual, que hace que determinadas funciones del cuerpo se desestabilicen.
Podemos notar que la boca está seca cuando tenemos una sensación pegajosa que nos dificulta masticar, tragar o hablar. Podemos sentir una sequedad en la garganta, que hace que se irrite cuando pasa la comida por el esófago. Notamos la lengua seca y áspera, podemos notar que se nos agrietan los labios e, incluso, podemos tener mal aliento.
Para prevenir la sequedad bucal, la hidratación es indispensable. Para eso es bueno beber una media de dos litros al día y masticar chicle para estimular la salivación.
La caries.
Las mujeres embarazadas son propensas a padecer caries por todos los cambios hormonales de los que estamos hablando, que desprotegen la zona de los dientes y crean un ambiente favorable para la infección de las bacterias.
Venimos tratándolo a lo largo de todo el artículo: los ácidos que llegan a la boca a través de las náuseas y vómitos, la sequedad bucal, el aumento de estrógenos. A esto hay que añadir que a lo largo del embarazo la mujer tiende a comer entre horas y a consumir azúcar porque el cuerpo se lo pide.
Es una situación fuera de lo normal que crea un descontrol en la mujer. A pesar de ello, por su salud, debe intentar ponerle freno. En este aspecto, la dieta es fundamental. Durante el embarazo es importante que la madre consuma alimentos ricos en calcio, vitaminas A, C y E y proteínas magras. De esta forma logrará mantener los dientes fuertes y sin caries, y aportará nutrientes al embrión para que el niño se forme con unos buenos huesos.
Es normal que durante el embarazo el cuerpo pida azúcar, ya que requiere un aporte extra de energía por todo el trabajo que está realizando. A pesar de ello, por nuestros dientes, deberíamos alejarnos de productos que contienen una excesiva cantidad de azúcar, como las golosinas y las bebidas azucaradas. Sería bueno sustituirlo por fruta fresca y zumos naturales. Las bebidas de cola son otro de los productos perjudiciales para los dientes durante el embarazo. Son un verdadero corrosivo en ambientes alterados.
Un aspecto importante durante el embarazo para prevenir la caries y otras enfermedades dentales es conservar los hábitos de higiene dental. Cepillarnos los dientes dos veces al día y usar hilo dental por la noche.
Una madre no debería desatender la boca mientras está embarazada, al revés. La salud dental forma parte de los cuidados de la madre durante el embarazo.