Problemas con la mordida

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La boca puede presentar una serie de problemas funcionales que, aun no siendo de mucha gravedad, si pueden resultar bastante incómodos en nuestro día a día. Frecuentemente, acudimos al dentista por razones muy comunes como la aparición de caries, cuestiones estéticas o problemas de apiñamiento dental que requieren de la corrección mediante ortodoncias. Sin embargo, los problemas funcionales que se pueden presentar en nuestra mandíbula son más diversos.

Por ejemplo, en Ortodoncia Ourense, clínica dental en ourense exclusiva de ortodoncia, muchos de sus pacientes, padecen de algún tipo de problema de la mordida. Uno de los más frecuentes, es la mordida cruzada, cuyo diagnóstico a edad temprana evita problemas más complejos en la edad adulta.

Detectar este tipo de problema no es difícil, basta con observar la manera en la que se muerde para sospechar de su existencia. Al morder, es posible que los dientes no encajen correctamente cuando se cierra la boca, también se puede experimentar incomodidad al masticar, en estos casos, la posibilidad de padecer mordida cruzada es bastante plausible.

Lo natural es que los dientes superiores, muerdan por fuera de los inferiores, tanto a nivel anterior como posterior. Es la posición natural de la mandíbula y la que permite que la masticación se haga de la forma adecuada. Cuando los dientes de la arcada superior, se encuentran por dentro de los dientes de la arcada superior, nos encontramos con una mordida cruzada. Esta condición, puede darse tanto en la región frontal de la boca, denominándose mordida cruzada anterior, como en los lados, conocida como mordida cruzada posterior. Algunos de los casos de mayor gravedad, pueden afectar a ambos lados.

En pocas palabras, la mordida cruzada consiste en una malformación que conlleva el desalineamiento de los dientes de la arcada superior, en relación con los de la arcada inferior. De tal manera que, la estructura dental, queda desencajada, con los dientes superiores por detrás de los inferiores en la parte de atrás de la mandíbula.

Se trata de una de las malformaciones mandibulares más comunes y se percibe en la infancia, razón por la que puede realizarse un tratamiento que evite futuros problemas mandibulares.

Tipos de mordida que se pueden presentar

Los ortodoncistas clasifican los tipos de mordida en función de la colocación que presente la mandíbula y de la parte implicada. De tal manera que podemos encontrar mordida cruzada anterior, exterior, unilateral y bilateral, en relación con la mandíbula. A razón de la implicación, pueden darse mordidas cruzadas dentales, esqueléticas y funcionales. En ambos casos, la combinación de las mismas es posible.

Veamos con mayor detenimiento, en que consiste cada uno de estos tipos de malformación que se pueden presentar a nivel mandibular.

En el caso de la mordida cruzada anterior, se observa que los dientes anteriores superiores, incisivos y caninos para ser exactos, quedan por detrás de los dientes anteriores inferiores. Lo habitual es que la dentadura tenga la posición contraria, mientras que esta condición presenta los dientes inferiores por delante de los superiores. Lo más recomendable es tratar este tipo de malformación a tiempo y a edad temprana, puesto que provoca un desplazamiento mandibular hacia delante impidiendo un cierre correcto de la boca.

La mordida cruzada exterior, se da cuando los dientes superiores laterales quedan por dentro de los inferiores de uno o ambos lados, al realizar la mordida. En la mayoría de los casos, la mordida cruzada se produce a causa de una compresión maxilar que hace que propio musculo maxilar sea más estrecho de lo normal y los dientes no encajen correctamente.

Aunque lo más común, es encontrarse casos de mordida cruzada anterior y exterior, también puede darse la circunstancia de que el paciente, presente una mordida cruzada unilateral. En este caso, la posición de la mandíbula, afecta a un solo lado de la boca, si no se trata a tiempo, puede llegar a producir asimetría en la cara.

En la mordida cruzada bilateral, la posición incorrecta de la mandíbula, afecta por igual a ambos lados.

Cuando la mordida cruzada afecta a uno o varios dientes, los odontólogos, hablan de mordida cruzada dental, en la que los dientes se encuentran mal posicionados respecto al hueso.

Si se trata de un déficit en la anchura maxilar, un exceso de la misma o la combinación de ambas, nos encontramos frente a una mordida cruzada esquelética.

En el caso de que se evidencia una desviación mandibular hacia el lado de la mordida cruzada y esta se desplaza en la fase final del cierre de la mandíbula, se trata de mordida cruzada funcional.

Por que se produce la mordida cruzada

No existe una causa concreta para que se dé la condición de tener una mordida cruzada. Más bien se trata de una serie de factores que propician la condición. Las causas, son muchas y variadas, encontrándose entre ellas, hábitos incorrectos a la hora de masticar o razones genéticas que predispone a que la mandíbula tenga una malformación.

En este sentido, volvemos a hablar de los tipos de malformación que se pueden presentar, siendo la de origen esquelético la más severa por su dificultad para la prevención. Cuando en el paciente se observa displasia esquelética, es decir, movimiento o desplazamiento de los huesos que componen la mandíbula, como la hiperplasia mandibular o maxilar, o una combinación de ambas.

Dentro de la condición de mordida cruzada funcional, puede tratarse de un patrón adquirido, como el cierre de la mandíbula, consecuencia de los malos hábitos que conllevan a esta situación.

En los casos de que la causa tenga su origen en los dientes mal posicionados, hablaríamos de una causa dentaria, en cuyo caso, los dientes anteriores superiores se encuentran lingualizados con una posición orientada hacia el interior de la boca.

Algunos otros factores que influyen en que se produzca una mordida cruzada, pueden ser de carácter genético. Padecer mordida cruzada, puede ser algo hereditario que se transmite de padres a hijos.

Otro de ellos, puede ser a causa de interferencias dentales que, constituyen contactos inadecuados entre los dientes que generan inestabilidad, a la vez que desplazamiento mandibular. Se producen a nivel de los caninos superiores, en la dentición de leche y causan desviación de la mandíbula al cerrar la boca.

La falta de crecimiento y desarrollo del hueso maxilar o el exceso del mismo, puede igualmente, derivar en una mordida cruzada.

Unos malos hábitos orales adquiridos a edad temprana, como puede ser la succión del pulgar, alteran el normal crecimiento de toda la estructura orofacial

Algo conocido como deglución disfuncional y que consiste en la interposición de la lengua entre los dientes con la finalidad de estabilizar la mandíbula y cerrar la cavidad oral, puede conllevar que la fuerza constante de la lengua sobre el paladar, agrande ese espacio.

Otra causa posible, es sufrir un traumatismo mandibular en el que se produzca una fractura de la mandíbula. En pacientes en edad de crecimiento, puede desencadenarse un crecimiento de la mandíbula asimétrico que genere mordida cruzada.

Tratamientos y consecuencias

Para el tratamiento de este tipo de malformaciones que se producen en la boca, lo más importante es tener en cuenta la edad del paciente. No corregir la mordida cruzada, en cualquiera de sus variantes, a edad temprana, provocará de forma irremediable un desgaste anormal y mayor de los dientes, agravando la situación hasta provocar dolores y otras molestias en la mandíbula que pueden ser difícil de sobrellevar.

Los tratamientos a edad temprana, es decir en los niños, conllevan de forma habitual, el uso de un aparato capaz de corregir la forma de la mandíbula. Este aparato de ortodoncia, expande el paladar superior para darle mayor amplitud y lograr, gracias a la fuerza que ejercen los brackets, colocar los dientes en la posición correcta.

Cuando el tratamiento se aplica en adultos y la mordida esta avanzada, revistiendo mayor gravedad, es necesario recurrir a la cirugía. Se trata de la única manera eficaz de lograr encajar las arcadas superior e inferior de manera correcta. Esto se debe a que, a la edad adulta, se ha completado el desarrollo óseo, por lo que el uso de un aparato corrector, no ofrecería resultados positivos. No obstante, en los casos más leves, cuando el origen de la mordida es dental, es posible realizar el abordaje mediante ortodoncia.

Sin la ayuda de un tratamiento eficaz, los problemas de mordida cruzada no solo afectan a la estética facial. Las consecuencias para la salud oral y general, pueden ser las siguientes:

  • Un desgaste dental irregular.
  • Problemas en la articulación mandibular que pueden derivar en dolor y dificultad para abrir y cerrar la boca.
  • Dificultades en el habla y la masticación.
  • En casos notorios, la estética facial puede verse afectada y la asimetría facial resultar muy evidente, afectando a la confianza y autoestima del paciente.

Ante la sospecha de este tipo de problema bucal, lo mejor es acudir al odontólogo para que sea quien determine si se sufre algún tipo de mordida cruzada y evalúe su gravedad para plantear el tratamiento más adecuado. Hay que recordar que se trata de un problema de aparición temprana, momento crucial para detectarlo y poner remedio sin tener que llegar a la cirugía.

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