Esperar un bebé es una etapa tan intensa, única y mágica que muchas veces se vive a contrarreloj y casi sin darnos cuenta. De repente estás en la semana 10, luego en la 20, y sin darte cuenta te estás probando el camisón para el hospital. En medio de tantas emociones, ecografías y preparativos, hay algo que no debería quedarse fuera: una sesión de fotos de embarazo. ¡No puedes olvidar hacértela porque, con el tiempo, querrás volver a mirar y a recordar esta etapa!
Pero, ¿cuándo es el mejor momento para hacerla? ¿Y qué pasa si se retrasa? ¿De verdad vale la pena? Descubramos aquí todo sobre ello.
¿Por qué hacer una sesión de fotos durante el embarazo?
A veces cuesta verse guapa con todos los cambios que conlleva un embarazo. Hay días de náuseas, otros de cansancio, otros de hinchazón… Pero, a pesar de todo eso, tu cuerpo está haciendo algo increíble: ¡está creando vida en tu interior! Y, aunque ahora mismo te cueste verlo, te lo prometo: esa barriguita redonda y perfecta es un tesoro que vas a querer recordar.
Muchas mujeres se arrepienten de no haberse hecho fotos en su embarazo. Lo dicen después, cuando ven a otras mamás con sus recuerdos en sus álbunes, o cuando ya tienen a su bebé en brazos y se dan cuenta de lo rápido que pasó todo.
Una frase que muchas fotógrafas escuchan es: “Ojalá lo hubiera hecho”. Por eso, no esperes a sentirte perfecta. No necesitas estar perfecta, solo necesitas estar tú, con tu barriguita, tu sonrisa y tu momento.
El mejor momento es entre la semana 28 y la 34
Paquisirvent, fotógrafa infantil profesional en Alicante, opina que “el momento ideal suele ser entre la semana 28 y la 34 de embarazo, porque tu tripita ya tiene una forma bonita y redondita, te sientes con energía y puedes moverte cómodamente”.
¿Por qué ese rango es tan recomendado?
- Tu tripita ya se nota bien: Ahora, tienes una barriguita preciosa, redonda y visible, que se va a lucir increíble en cámara. La ropa premamá te sienta mejor, y puedes posar de forma más favorecedora.
- Todavía te sientes bien físicamente: En esas semanas la mayoría de las futuras mamás aún se sienten con energía, pueden caminar, moverse y cambiar de postura sin demasiada incomodidad. Y eso se nota en las fotos: estás más relajada, más tú.
- Evitamos el cansancio del final del embarazo: A partir de la semana 35 muchas mujeres ya sienten pesadez, hinchazón en los tobillos, incomodidad al sentarse o incluso problemas para dormir. Aunque se puede hacer una sesión más tarde, no es lo más recomendable.
¿Qué pasa si lo dejas para más tarde?
A ver, no es un drama. Si por cualquier motivo no puedes hacerlo antes de la semana 34, no es que esté prohibido hacerte fotos después. De hecho, muchas fotógrafas han trabajado con mamás en la semana 36, 37 o incluso 39. Pero hay que tener en cuenta algunos factores:
- +35 semanas: Cansancio, tobillos hinchados, movilidad más reducida.
- +37 semanas: Posibilidad de parto prematuro.
- +38 semanas: Carita más hinchada, molestias para moverse o vestirse.
Además, en esas semanas hay más posibilidades de imprevistos: revisiones médicas de última hora, contracciones, falta de sueño, visitas familiares… Vamos, que todo empieza a acelerarse.
Consejo: Si decides esperar un poco más, intenta mantenerte flexible. Agenda la sesión, pero elige a una fotógrafa que entienda la situación y esté dispuesta a mover la fecha si hace falta.
¿Y si ese día no me siento bien?
Lo primero es que estés tranquila. Si el día de la sesión estás especialmente cansada, mareada o simplemente no tienes el ánimo, no pasa nada. Muchas fotógrafas entienden que el embarazo es cambiante, y que un día puedes estar genial y al siguiente no querer ni salir de casa.
Habla con tu fotógrafo, cuéntale cómo te sientes y, si es necesario, cambien la fecha. Lo importante es que disfrutes del momento y no sientas presión.
La sesión debe ser una experiencia bonita, no un trámite más.
¿Cómo me voy a sentir en esas semanas?
Muchas mamás coinciden en lo mismo: entre la semana 28 y la 34 se sienten especialmente guapas. La piel brilla mucho más, el cabello suele estar más fuerte y la barriguita tiene esa forma redonda de revista que a todos nos encanta.
Además, es una etapa en la que ya has pasado la incertidumbre de los primeros meses y todavía no estás en la recta final, así que el ánimo suele estar más equilibrado.
En resumen, te sientes más tú. Y esa es la mejor versión que puedes mostrar frente a la cámara.
¿Qué pasa si no me hago una sesión de embarazo?
Pues no pasa nada… pero puede que te arrepientas.
Muchas mujeres lo dicen después, porque el embarazo es una etapa que no vuelve. Porque esa barriga fue el primer hogar de tu hijo o hija, y porque te encantaría enseñarle esas fotos cuando crezca y se haga más mayorcito. Y porque, aunque no te sintieras perfecta, estuviste preciosa. Porque estabas creando vida.
Una mamá contó una vez que en su segundo embarazo decidió no hacerse fotos porque tenía ojeras y no le gustaba cómo le quedaban las piernas. Hoy, sus dos hijos tienen fotos de bebé, pero solo el primero tiene fotos de ella embarazada. Y lo lamenta cada vez que lo piensa.
¿Cada embarazo es único? ¡Sí! Y por eso merece su sesión
No importa si es tu primer bebé, el segundo, el cuarto, o si has pasado por dificultades para quedarte embarazada. Cada embarazo es distinto y cada barriga cuenta una historia diferente.
Y esa historia merece quedar inmortalizada. Porque tú no eres la misma que en tu embarazo anterior. Porque este bebé llegará a su manera, con su propia personalidad, y este es su primer retrato contigo.
¿Se puede hacer una sesión bonita sin sentirse modelo?
¡Claro que sí! No necesitas tener experiencia frente a una cámara. Las sesiones de embarazo están pensadas para que tú te sientas cómoda, natural y guapa, sin tener que posar de forma forzada.
Muchos estudios ofrecen sesiones en exteriores (en parques, en la playa, al atardecer) o en interiores con luz suave, donde solo necesitas relajarte, respirar profundo y dejar que te guíen.
Además, tú eliges el estilo: con tu ropa de calle, con vestidos fluidos, con telas que envuelvan la tripa, en pareja o con hijos, o incluso con tu mascota.
No hay reglas. Solo hay que capturar ese momento que es tan tuyo.
¿Qué ropa llevar a la sesión?
Un consejito rápido: menos es más. Busca prendas que te hagan sentir cómoda, que no aprieten y que resalten tu barriguita. Los colores lisos, pasteles o neutros suelen funcionar muy bien. Si la sesión es al aire libre, puedes llevar un vestido largo que se mueva con el viento. Si es en estudio, también puedes probar con ropa íntima bonita, telas vaporosas o incluso hacer algunas fotos más artísticas.
Y si no sabes qué llevar, ¡pregunta! Muchas fotógrafas tienen incluso vestuario para ti. Te asesoran sobre lo que queda bien según tu cuerpo, tu estilo y la luz del lugar.
¿Puedo incluir a mi pareja o a mis hijos?
¡Por supuesto! Las fotos de embarazo pueden ser una excusa preciosa para tener un retrato familiar. Tu pareja puede abrazarte la barriga, tu hijo mayor puede darle un besito al futuro hermanito o simplemente podéis jugar y reíros juntos.
Incluir a los tuyos hace que la sesión sea aún más especial. Y créenos, esas fotos se vuelven oro con los años.
Últimos consejos antes de tu sesión
Antes de terminar, te dejamos una lista sencilla para que tu sesión de embarazo sea una experiencia inolvidable:
- Agenda con tiempo. No lo dejes para el último mes. Reserva tu sesión desde el segundo trimestre para asegurarte un hueco.
- Haz lo que te haga sentir bien. Un poco de maquillaje, peinarte, elegir ropa especial… todo eso ayuda a que te sientas más tú.
- Habla con tu fotógrafa. Cuéntale lo que te gustaría, lo que no, tus inseguridades, tus ideas. ¡Están para escucharte!
- No lo vivas como una obligación. Es un regalo para ti. Un mimo. Un recuerdo que vas a agradecer haber creado.
Ahora, es hora de tomar una decisión
Lo verdaderamente importante es que estás viviendo uno de los momentos más únicos y mágicos de tu vida. Estás creando vida, estás gestando amor. Y eso, aunque ahora te parezca difícil por las molestias o el cansancio que estás experimentando todos los días, mañana será un recuerdo al que volverás con una sonrisa… y, quién sabe, quizá con lágrimas en los ojos.
Hacerte una sesión de fotos de embarazo es una manera de parar el tiempo, de guardar para siempre cómo era esa barriguita que ahora te acompaña a todas partes, de regalarte a ti misma un homenaje por todo lo que estás viviendo.
Hazlo por ti. O hazlo por tu bebé, que un día mirará esas fotos con ternura. Incluso por el recuerdo, porque el embarazo pasa rápido, pero las imágenes que lo capturan pueden quedarse contigo toda la vida.
Y tú mereces tenerlas.