Las constructoras están consiguiendo lidiar con el aumento del precio de los solares y materiales

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En los últimos años, el sector de la construcción ha tenido que enfrentarse a un panorama económico complejo, marcado por el aumento constante del precio de los solares y de los materiales de construcción. Esta situación ha generado un desafío significativo para las empresas constructoras, que deben mantener la rentabilidad de sus proyectos sin trasladar automáticamente todo el coste al cliente final. Para capear estas subidas, las empresas han desarrollado una serie de estrategias que combinan planificación financiera, optimización de recursos y adaptación a las condiciones del mercado, permitiéndoles seguir operando de manera sostenible y competitiva.

Uno de los primeros elementos en los que las constructoras han puesto el foco es la gestión de compras y proveedores. Con el aumento de precios de materiales como cemento, acero, madera y vidrio, negociar contratos a largo plazo o buscar proveedores alternativos se ha convertido en una prioridad. Las empresas que logran establecer acuerdos estables con proveedores pueden asegurar precios más competitivos y cierta previsibilidad en sus costes, lo que resulta fundamental cuando los mercados fluctúan de manera constante. En muchos casos, esto también incluye la compra anticipada de materiales antes de que los precios suban aún más, un enfoque que requiere liquidez pero que puede traducirse en un ahorro considerable.

La optimización del uso de materiales es otro factor clave. Las constructoras están implementando técnicas de planificación más precisas, aprovechando al máximo los recursos y reduciendo el desperdicio. Esto no solo ayuda a controlar los costes, sino que también tiene un impacto positivo en la sostenibilidad de los proyectos. Por ejemplo, el uso de diseños modulares o la reutilización de materiales de obras anteriores permite reducir la necesidad de nuevas compras y disminuir la exposición a la volatilidad de los precios. Además, algunas empresas están incorporando nuevas tecnologías, como el modelado BIM (Building Information Modeling), que permite prever con exactitud la cantidad de materiales necesarios, evitando sobrantes y errores costosos.

La innovación en los diseños y técnicas constructivas también juega un papel importante. Frente al encarecimiento de ciertos materiales tradicionales, las empresas están explorando alternativas más económicas y eficientes, sin comprometer la calidad ni la seguridad de las construcciones. Esto puede incluir el uso de materiales compuestos, soluciones prefabricadas o métodos constructivos que reduzcan tiempos y costos de obra. La flexibilidad y la capacidad de adaptación son esenciales para no depender exclusivamente de materiales cuyos precios pueden subir de manera repentina.

La planificación financiera y la gestión del riesgo económico son igualmente determinantes. Muchas constructoras están ajustando sus márgenes de beneficio, estableciendo reservas para contingencias y evaluando cuidadosamente la viabilidad de cada proyecto antes de iniciar la obra. Este enfoque permite que los incrementos en el precio de los solares o materiales no supongan una amenaza inmediata para la estabilidad de la empresa. La diversificación de proyectos y clientes también contribuye a mitigar riesgos: al no depender de un solo tipo de construcción o de un único proveedor de solares, las empresas pueden equilibrar los efectos de los aumentos de costes en distintas áreas de su actividad.

Por otro lado, el aumento de los precios ha impulsado la colaboración entre constructoras y promotores para compartir responsabilidades y ajustar expectativas. En muchos casos, se renegocian los plazos, se planifican compras conjuntas o se buscan soluciones creativas para que ambas partes se beneficien sin que el proyecto se vea comprometido. Esta cooperación no solo permite reducir costes, sino que también fortalece las relaciones comerciales y facilita la ejecución de proyectos complejos en contextos económicos difíciles.

Finalmente, desde Construalia nos apuntan que la comunicación transparente con el cliente se ha convertido en un factor estratégico y, en este sentido, explicar la razón detrás de ajustes de precio, retrasos o cambios en los materiales ayuda a mantener la confianza y evita conflictos que podrían derivar en sobrecostes adicionales. La transparencia y la profesionalidad son herramientas esenciales para gestionar los efectos de la inflación de solares y materiales de manera sostenible.

¿Son habituales los sobrecostes en la construcción?

Sí, los sobrecostes en la construcción son bastante habituales y forman parte de la realidad del sector. No necesariamente indican mala gestión; en muchos casos, responden a factores externos imprevisibles o cambios durante la ejecución de la obra. Entre las causas más frecuentes se encuentran el aumento del precio de los materiales, retrasos en la entrega de suministros, cambios en la normativa, ajustes en el diseño por parte del cliente o problemas inesperados en el terreno, como hallazgos arqueológicos o condiciones geotécnicas adversas.

Uno de los motivos más habituales es, junto con el aumento del precio de los materiales, la modificación del proyecto durante la obra. Es común que los clientes soliciten cambios en acabados, distribución o materiales, y cada ajuste puede aumentar el coste final. Incluso decisiones aparentemente menores, como sustituir un tipo de ventana o un pavimento, implican gastos adicionales en mano de obra y transporte.

Los retrasos también generan sobrecostes indirectos, ya que, si la obra se alarga, se incrementan los costes de personal, maquinaria y alquiler de equipos. En obras de gran envergadura, cada semana extra puede representar un porcentaje significativo del presupuesto inicial, lo que hace que la gestión del calendario sea tan importante como la gestión de los materiales.

Además, los imprevistos técnicos o de terreno suelen impactar directamente en el presupuesto. Problemas como filtraciones de agua, necesidad de cimentación adicional o hallazgos arqueológicos pueden obligar a realizar trabajos no contemplados inicialmente. Por ello, las empresas constructoras incluyen habitualmente partidas de contingencia para cubrir este tipo de eventualidades, aunque no siempre estas partidas son suficientes ante aumentos inesperados de costes.

Por último, factores externos como cambios legislativos o normativos también pueden derivar en sobrecostes. Por ejemplo, la implementación de nuevas normativas de eficiencia energética o seguridad puede obligar a reemplazar materiales o incorporar instalaciones adicionales, elevando el presupuesto original.

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