Cómo limpiar el metal en casa y en el taller.

Limpiando el metal

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Limpiar los objetos y piezas de metal de grasa y suciedad es un asunto que siempre nos ha preocupado tanto a nivel doméstico como en el trabajo. Tanto es así, que hemos inventado multitud de métodos y trucos para limpiar el metal. Te vengo a comentar los que en mi opinión son más eficaces.

Los que hemos trabajado en un taller sabemos que las piezas de metal se embadurnan de grasa con facilidad. Sobre todo si están dentro de un motor o forman parte de un engranaje mecánico. Para trabajar con ellas, primero debes limpiarlas.

Hablando de este tema, todavía recuerdo a mi ex-suegro, que era agricultor, limpiando con vinagre las piezas de metal que utilizaba en los sistemas de riego. Lo hacía en mitad de la casa. La vivienda terminaba oliendo a ensalada.

En el hogar todos tenemos un montón de objetos de metal. Artículos que si están a la vista, terminan cogiendo polvo y perdiendo ese brillo metálico que les caracteriza. El metal con el tiempo parece envejecido. Y, sin embargo, solo está sucio.

Recuerdo a mi abuela limpiando la cubertería de plata que le regalaron en su boda, en tiempos de María Castaña, frotándolos con un trapo impregnado con bicarbonato. Formaba con el trapo un saquito, en cuyo interior estaba el bicarbonato. Introducía, en medio, la pieza a limpiar, y con ambas manos, frotaba con fuerza.

El sistema era igual de útil para limpiar las cucharillas de café que para una medalla o una gargantilla de plata.

Si escarbamos en la tradición popular, encontraremos multitud de trucos para limpiar el metal. Algunos de ellos son eficaces, pero requieren tiempo y esfuerzo. Ya no tenemos toda la tarde para limpiar la cubertería. Estate atento al artículo, pues compartiré contigo ciertos métodos que te llevarán mucho menos tiempo.

Agua y detergente para limpiar la plata.

El blog de la cadena de bricolaje Leroy Merlín recoge en un artículo varios trucos caseros para limpiar el metal. Uno que me ha llamado la atención, ya que parece cómodo y efectivo, es limpiar la plata con agua y detergente de la ropa.

El procedimiento consiste en diluir el detergente en un barreño de agua caliente, como si fuéramos a poner la ropa en remojo. En el interior del recipiente introducimos los objetos de plata y los dejamos en su interior durante un tiempo prudencial, por ejemplo, media hora. Posteriormente, los aclaramos con agua limpia y los secamos con un trapo.

Este método podemos aplicarlo igualmente, sustituyendo el detergente por pastillas antiácido, tipo Álmax. De esas que tomamos para combatir el ardor de estómago. Estas pastillas contienen bicarbonato y otras sales, que son efectivas para limpiar la plata. Solo que por su composición son solubles en agua, potenciando su efecto limpiador cuando el líquido alcanza una temperatura superior a 37 grados.

Existen muchos trucos caseros para limpiar la plata. Algunos nos pueden sorprender. Como el hecho de utilizar pasta de dientes para limpiar objetos de este material. Con este procedimiento, primero debemos limpiar la plata con abundante agua jabonosa. Y posteriormente, para efectuar una limpieza más al detalle, frotaremos la pasta dentífrica sobre la superficie del objeto ayudándonos de un trapo o de un cepillo de cerdas suaves.

Pulidores para acero y cromados.

Los cromados y el acero, tan presentes en nuestros domicilios, son metales que se ensucian con facilidad. Basta con que los toquemos con los dedos para que la huella dactilar se quede impresa. El polvo y la suciedad hacen que el brillo de estos objetos se pierda.

Hay diferentes métodos caseros para limpiar estos materiales, desde pasar un trapo húmedo por la superficie, cuando solo se trata de quitar el polvo, hasta dejar actuar algún desengrasante, cuando la pieza está bastante sucia.

Los expertos opinan que para una limpieza profunda lo mejor es utilizar pulidores y limpiadores para acero. Este artículo de droguería lo encontramos en diferentes formatos, en espray o en líquido. Siempre lo aplicaremos frotando con un trapo, y retiraremos la suciedad con una bayeta seca.

A pesar de que son productos químicos, no son dañinos para la salud, ni para el medioambiente.  Por lo que su uso es seguro en cocinas, baños y espacios de preparación de alimentos. No van a contaminarlos.

Estos pulidores están fabricados con tenso-activos no iónicos, que levantan la suciedad de la superficie del metal por medio de una reacción física. También es frecuente encontrar entre los ingredientes, abrasivos suaves que pulen con suavidad el metal, realzando su brillo natural. Para potenciar su efecto, algunos de estos productos contienen agentes desengrasantes, si bien, los ingredientes antes descritos son los fundamentales.

Cabe destacar que estos pulidores son suaves con el acero o con las coberturas que se la hayan aplicado. Puliendo el metal sin dejar rallas ni arañazos.

Desengrasante DST.

Para eliminar la grasa de cualquier pieza de metal, los comerciales de Tecnocepillo, un fabricante y distribuidor de cepillos técnicos industriales, referentes en el mercado español, recomiendan el uso de desengrasantes DST.

Un producto químico que permite la eliminación de la grasa a bajas temperaturas. Este líquido se puede utilizar de diferentes formas. Desde añadirlo a una lavadora industrial de ultrasonido, hasta aplicarlo de forma manual, rociándolo sobre la superficie y frotando con un cepillo.

Lo más interesante de este producto es que es demulsificante. Es decir, diluye la grasa facilitando su eliminación, introduciéndose dentro de los poros del metal. Este fluido altera el pH de la superficie, transformándolo ligeramente de ácido a alcalino. Lo que hace que sea más sencilla la eliminación de la grasa.

Esta es una aplicación tecnológica respetuosa con la salud y con el medioambiente. Respecto a la salud humana, el producto no es agresivo con la piel ni desprende vapores perniciosos para las vías respiratorias, como sucede con los disolventes.

El DST es biodegradable y reduce considerablemente la cantidad de residuos a desechar en la limpieza. Entre 3 y 5 veces menos que un desengrasante normal.

Alcohol para limpiar el aluminio.

La revista Decoesfera señala que el alcohol medicinal de 96º es uno de los mejores productos que tenemos a nuestro alcance para limpiar aluminio y acero inoxidable.

El alcohol tiene una gran capacidad para poder diluir la suciedad y no daña la superficie del metal. De hecho, muchos de los productos multi-limpieza que encontramos en el mercado y cuyo uso es adecuado para la limpieza de superficies metálicas tienen base de alcohol.

El aluminio, por su resistencia y su bajo peso es un metal bastante presente en nuestros hogares. La carcasa de la insufrible campana extractora de la cocina está fabricada en aluminio. Para obtener una limpieza superior en este electrodoméstico, lo recomendable es espolvorear algún producto anti-grasa, esperar un tiempo a que haga efecto, retirarlo con una bayeta. Y cuando la campana esté seca, pasarle un trapo limpio humedecido en alcohol.

En útiles de cocina con mucha grasa incrustada, como puede ser la cafetera exprés o las sartenes, es bueno dejaras en remojo durante un tiempo en agua caliente con lavavajillas, para que la suciedad se ablande, limpiarlos bien con un estropajo. Para al final darle una última pasada con alcohol, rociándolo directamente sobre el utensilio, y frotando con otro estropajo limpio. El alcohol le devolverá el brillo natural al objeto.

Para limpiar los perfiles de las ventanas de aluminio, podemos humedecer un trapo en una mezcla de alcohol y aceite de oliva, frotar con él, allá donde la suciedad sea más resistente, y después aclarar con otro trapo mojado en agua.

Limpiadores para el latón.

El latón es una aleación de cobre y cinc que podemos encontrar en las fornituras de muebles clásicos o en la estructura de lámparas antiguas. Es un metal resistente y, en cierto modo, atractivo, por ese color dorado que tiene. A pesar de ello, el latón con la suciedad se ennegrece. Ofreciendo una imagen nada atractiva.

Existen soluciones caseras para limpiar el latón, como el vinagre blanco o el limón, pero para obtener un buen resultado con poco esfuerzo, lo mejor es recurrir a los limpiadores específicos diseñados para este metal.

Estos limpiadores suelen contener ácidos suaves, disolventes orgánicos y aditivos tenso-activos, humectantes o microesferas de vidrio para mejorar el rendimiento.

Su aplicación es sencilla. El limpiador se puede rociar directamente sobre el producto, o humedecer con él el trapo que vamos a utilizar para frotar. Una vez limpiado el objeto, siempre es bueno frotar un poco más con un trapo limpio y seco para avivar el brillo.

Una de las ventajas que tiene el latón es que se puede pulir para eliminar esa suciedad incrustada o para devolverle su apariencia original. El pulido se puede efectuar por medios mecánicos, como puede ser una amoladora equipada con un cepillo para metal, o emplear pasta de pulido, la cual aplicaremos con un paño efectuando movimientos circulares.

Existen muchos trucos caseros para limpiar el metal, como utilizar vinagre de vino o aceite de oliva, pero digamos que los que te hemos presentado son los más efectivos.

 

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