Está claro que hay gustos para todo y que de un tiempo a esta parte se han visto barbaridades entre celebrities y no tan celebrities. Hay quien lleva el pelo de colores, quien decide rapárselo y tatuarse la cabeza o quien se lo tinta en diferentes tonos creando un bonito dibujo sobre su melena, todo por llamar la atención. Sin embargo, lo que me asombra son las nuevas tendencias que hay en torno a otra parte de nuestra anatomía: los dientes.
Por lo visto la moda de llamar la atención con cualquier parte de tu cuerpo ha llegado hasta la boca, concretamente hasta los dientes, y ahora todo vale: desde los rubíes incrustados hasta el colorante para crear un bonito arcoíris en tu sonrisa. Bueno, bonito para quien le guste, ¿no?
De las piezas de oro a los diamantes
Si bien es verdad que hace menos de un siglo eran muchos los que, tras la pérdida de una pieza dental, decidían ponerse un diente de oro para denotar así su poder adquisitivo al mismo tiempo que, en teoría, mejoraban su imagen, la realidad es que se hacía siempre y cuando fuera estrictamente necesario. En otras palabras, que nadie se arrancaba un diente aposta solo para poder ponerse uno dorado. Ahora, sin embargo, ponerse diamantes en los dientes es cuestión de moda y, cómo no, la reina de la misma es Kim Kardashian.
La joven es protagonista otra vez en diferentes medios de comunicación debido a su última excentricidad: ponerse diamantes e sus dientes, y aunque no es la primera vez que luce joyería en ellos, sí es la primera vez en la que es tan escandalosa.
Tal vez, como todo lo que esta familia hace acaba copiado por todo el mundo occidental, en unos meses acabemos viendo a niñas de bien paseando por la calle y sonriendo haciendo brillas sus diamantes incrustados, aunque espero que no, la verdad.
Pero esta no es la única moda dental que está dando que hablar entre la juventud. Tintar los dientes de colores también es ya una realidad. Se trata de un maquillaje especial que se puede aplicar sobre la dentadura para tintarla de un color, o de varios. Con este maquillaje dental, las personas pueden comer y beber sin problema. Además, es una tendencia de maquillaje respaldada por marcas que ofrecen el producto.
Aunque garantizan que no manchan los dientes, Dori Sánchez, higienista de la Clínica Rosales de Estética Dental alerta de que puede ser así cuando el esmalte está perfecto, «pero el diente es una estructura porosa y en personas con una dentina expuesta o cierta predisposición a que las manchas se fijen en las zonas interdentales, precaución. Ya bastante tenemos con la cantidad de colorantes alimentarios que nos manchan los dientes como para añadir estos».
Por otro lado, los profesionales de la Clínica Dental Collado Villalba aseguran que jamás le recomendarían hacer algo así a ningún paciente pues, aunque supuestamente son inofensivos, estos maquillajes pueden acabar dañando el esmalte e incluso tintándolo poco a poco por lo que, entonces, muchos usuarios se verían en la obligación de acabar haciéndose un blanqueamiento dental que, tal vez, de otro modo no hubieran tenido que hacerse.
Carbón para blanquear los dientes
Y hablando del blanqueamiento dental, algo que ya lleva siendo tendencia varios años, últimamente se ha puesto de moda un producto fabricado a base de carbón activado que ayuda a blanquear los dientes con su utilización. Sin embargo, los expertos advierten que usarlo con frecuencia puede destruir el esmalte dental.
De acuerdo con el Journal of The American Dental Association, la realidad es que esos productos no ofrecen garantías de ser efectivos y ningún estudio lo demuestra fehacientemente. Además, es u producto abrasivo, por lo que puede dañar más nuestro esmalte que otra cosa.
Como efectos adversos debemos saber que su uso prolongado elimina el esmalte dejando al descubierto la dentina que es amarilla, por lo que acabaríamos consiguiendo un efecto justo contrario al que buscamos. Además, es importante saber que ese esmalte perdido no se recupera por lo que si acabamos dañando tanto nuestra dentadura tendremos consecuencias perennes el resto de nuestra vida.