Un disfraz, un motivo para sonreír

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Hay muchas maneras de despertarse con una sonrisa en los tiempos que corren. Pero, por desgracia, no todas las personas son capaces de ser conscientes de ello cada mañana. Más preocupados por el trabajo y por la maratón de cosas que tenemos que hacer a lo largo de un día cualquiera, muchos y muchas nos olvidamos de las posibilidades reales que tenemos de despertarnos felices y dar los buenos días a una nueva jornada que puede ser mucho mejor de lo que nos esperamos.

Sin embargo, ha de haber un motivo para ello. Y, por suerte, los hay en gran cantidad. Uno de ellos no es otro que la celebración de una despedida de solteros. Es cierto que no se celebran despedidas de solteros todos los días y que, por tanto, no podemos despertarnos teniendo eso en mente cada día. Es justo por eso por lo que es tan importante saber aprovechar esos días y hacer de ellos algo épico y memorable.

Las despedidas de solteros se han convertido en una tradición totalmente arraigada en España. No en vano, cada año se celebran en nuestro país más de 300.000 despedidas de soltero, un número confirmado por el artículo que a continuación se enlaza de Antena 3, en el que también se hace referencia a alguno de los destinos que prefieren los jóvenes españoles para celebrar algo tan especial.

También para ser consciente de los mejores destinos para ir de despedida es necesario tener a mano páginas web como Imanes de Viaje. Uno de sus artículos hacía una clasificación de esas ciudades, entre las que se encontraba en primer lugar, cómo no, Madrid. Ciudades como Salamanca, Ibiza, Sevilla, Logroño, Zaragoza o la Costa del Sol son lugares extraordinarios. Pensándolo bien, ¿cómo no nos vamos a levantar con vitalidad, energía y una sonrisa de oreja a oreja sabiendo que nos vamos de despedida a uno de esos lugares?

Son planes, eso sí, que requieren tiempo y que por tanto requieren una planificación muy grande. ¿Dónde queremos ir? ¿De qué modo podemos llegar? ¿De cuánto dinero disponemos? Son sólo alguna de las muchas preguntas que se hacen en el momento de comenzar a planificar un viaje de unas características como estas. Pero también hay otra pregunta que cada vez es más frecuente entre este tipo de grupos: “¿Nos disfrazamos? ¿Y de qué?”.

Disfrazarse se ha convertido en una manera de hacer una despedida de soltero todavía mucho más divertida de lo que ya es por simple naturaleza. Y, al contrario de lo que mucha gente puede llegar a pensar, es algo que no sólo afecta al futuro novio, sino que también lo hace al resto de sus acompañantes. Disfrazarse es sinónimo de felicidad y si por algo se ha puesto de moda en las despedidas de soltero es porque gracias a entidades como La Casa de los Disfraces, ha habido muchas personas capaces de relacionar una cosa con la otra.

Una actividad para todos

Las tareas que son para todos los públicos son las que más momentos inolvidables nos hacen vivir. Son aquellas que pueden compartir los padres con los hijos, entre los hermanos (por mucha diferencia de edad que exista entre ellos) o con cualquier amigo. Disfrazarse es una de esas tareas y el hecho de que sea algo fácilmente compatible con todas las edades facilita que se haya convertido en una tradición en las despedidas de soltero españolas.

Y es que disfrazarse es ideal para mucho más que para Carnaval o Halloween, las fiestas del disfraz por excelencia pero que no tienen por qué ser las únicas. ¿Por qué restringir a dos días al año la diversión que implica disfrazarse y, con ello, pasar un día excelente con nuestros amigos o nuestros familiares? No tiene sentido y, por tanto, no tenemos por qué hacerlo.

Lo mejor de todo es que los españoles seguimos perdiendo el miedo y la vergüenza a disfrazarnos. En un futuro, no sólo hay que seguir incentivando que en las despedidas de solteros las personas se disfracen, sino que hay que hacer posible que utilicemos muchos más eventos como excusa para hacerlo. De ese modo, será mucho más habitual levantarse de la cama con una sonrisa que nadie debería perder.

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