Levantarse con una sonrisa a los 67 es posible

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Si por algo empieza a ser conocida la población española en el resto de Europa y del mundo en términos demográficos, es por el aumento de las personas que se sitúan por encima de los 65 años y que se encuentran jubiladas o a punto de entrar en esa etapa de su vida. España es un país que ha envejecido mucho en las últimas décadas y eso plantea nuevos desafíos y demandas que la sociedad debe proporcionar a los más mayores.

Uno de esos desafíos es el que está relacionado con la necesidad de hacer de la vida de los mayores algo agradable. Muchos de ellos padecen problemas físicos e incluso mentales y, precisamente por eso, tenemos que concienciarnos y saber arrancarles una sonrisa sea cual sea el momento en el que nos encontremos. Afortunadamente, en España comenzamos a ser conscientes de necesidades así. Tenemos que seguir trabajando en este sentido.

Y si decimos que estamos empezando a ser conscientes de algo así en España es por algo. Tal y como revela el artículo del diario 20 Minutos del que a continuación vamos a hablar, los ancianos son, a día de hoy, más felices que los ‘millenials’ debido principalmente a cuestiones como que no comparan continuamente su vida con la de los demás, a que sufren menos presión, a que sufren menos estrés, ansiedad o depresión y a que, en definitiva, están más preparados emocionalmente.

Pero, ¿qué se necesita para ser feliz a la tercera edad? Un artículo de ABC también da una buena serie de pistas acerca de todo lo necesario para cumplir un objetivo tan importante como este. En el artículo participa una trabajadora social, psicóloga y coordinadora de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), María Ángeles García Antón, que señala que “lo que no puede ser es que haya personas que cuando van a jubilarse piensen que es una gran alegría porque así podrán estar todo el día en el sofá”. Dicha profesional apuesta por otra cosa: mantenerse activo y no quedarse en casa vestido de negro. Toda una declaración de intenciones.

En efecto, liberar a nuestros mayores de todo estrés, de toda preocupación y mantenerlos activos en todo momento es una tarea imprescindible. Y es precisamente por eso por lo que Sanvital ya es una de las mejores residencias de ancianos de España. La realización de tareas de envejecimiento activo, una tarea fundamental para todos aquellos y aquellas que superan los 65 años, es imprescindible. Y en un lugar vaya que si se encuentran.

Los beneficios de tareas así son tan grandes que permiten cambiar la vida de los ancianos por completo. Mantenerse despierto y con motivaciones es la mejor medicina contra la depresión o el Alzheimer. Sentirse vivo es lo mejor que podemos hacer para sentirnos útiles. Para las personas mayores, esa sensación aporta una libertad y una felicidad absolutas. Es un alivio enorme comprobar que en nuestro país hay lugares en los que esa posibilidad es real y completamente demostrable.

Va siendo hora de afrontar el problema

Lo decíamos con anterioridad. Es hora de afrontar uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la sociedad española en las últimas décadas: las enormes cantidades de personas de 65 años a las que va a ser necesario prestar un servicio de aquí a menos de dos décadas. Si ya hemos empezado a ser conscientes del problema de envejecimiento que tenemos en España, ¿cómo no ser capaces de prever lo que se avecina teniendo en cuenta que la generación del ‘Baby Boom’ ya está en torno a los sesenta?

Ir preparando el terreno para todas estas personas es fundamental y, para ello, un espejo es una entidad como Sanvital, en la que los ancianos no sólo son animados a participar en una serie de talleres y juegos que les permitirán mantenerse activos, sino que también cuentan con servicios de atención como los que realmente necesitan personas con sus características y sus necesidades.

Levantarse con una sonrisa es posible hasta cuando ya se es jubilado. Nunca es demasiado tarde para experimentar cosas nuevas, para ser feliz y para desenvolverse en un entorno en el que prima la salud y la diversión por encima de todas las cosas. Justo eso es lo que miles y miles de ancianos se merecen en España. Es posible que, en un caso como el suyo, la última de las etapas de la vida sea la más feliz.

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