Elegir nuestro domicilio es una de las decisiones más importantes de nuestra vida. Por desgracia, no depende al 100% de nosotros. En esta decisión intervienen varios factores: nuestro nivel adquisitivo, la capacidad para encontrar financiación y la oferta del mercado. Lo que sí debemos tener en cuenta a la hora de buscar piso, ya sea para comprar o alquilar, es si queremos un piso nuevo o uno de segunda mano rehabilitado.
Hace años que en las ciudades ya no se construye. O al menos, en la proporción en la que se hacía antes. La falta de suelo urbanizable en los grandes núcleos urbanos es una de las causas. Si ves las grandes ciudades, Madrid y Barcelona, se encuentran aprisionadas, por los 4 costados, por los municipios del área metropolitana. Solo una calle separa el barrio de Sants de Barcelona, de Hospitalet del Llobregat y de Esplugas. Al otro lado, el río Besós separa la ciudad condal de Badalona, Santa Coloma y San Adriá. De una manera o de otra, esta tendencia se extiende a todas las ciudades de más de 100.000 habitantes.
Para vivir en un piso de nueva construcción, nos vemos obligados a vivir cada vez más alejados de las ciudades. Lugares en los que tenemos el trabajo y donde hemos forjado la mayor parte de nuestras relaciones.
Como contrapartida, para poder vivir en la ciudad tienes que recurrir al alquiler o compra de un piso de segunda mano. La mayor parte del parking de viviendas de nuestro país tiene más de 30 años de antigüedad. Eso implica una deficiencia en los materiales de construcción en relación con los que se utilizan hoy en día. Entre el 2021 y el 2023, el gobierno gastó más de 10.000 millones de euros para promover la eficiencia energética de las viviendas construidas. Es decir, aumentar su aislamiento térmico y acústico.
La alternativa en estos casos, para hacer que las viviendas de segunda mano sean más acogedoras, se basa en la rehabilitación de edificios. Los arquitectos de Geneop, una empresa que se dedica a la construcción y rehabilitación de edificios, nos dicen que cada mes se rehabilitan cientos de edificios en Madrid.
Conozcamos un poco más las diferencias entre una alternativa y otra.
Piso nuevo.
Dice la página web de A.P.C.E. (Asociación de Promotores y Constructores de España) que en nuestro país se construyen cada año una media de 100.000 viviendas nuevas. La cifra se sitúa lejos de las que se construían en el 2007 (868.000), antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. Para cubrir las necesidades de la población española, cada año se debería construir más de 120.000 nuevas viviendas.
Este ritmo de construcción tiene su repercusión sobre el mercado inmobiliario. Construir más haría que los precios de la vivienda bajaran y que se relajaran las condiciones para acceder a un piso. Aunque no lo parezca, nuestro país tiene un problema de escasez de viviendas.
La vivienda nueva es el anhelo de la gran mayoría de los ciudadanos. Un piso de nueva creación, adaptado a las necesidades de hoy en día y en las que muchos casos, en su diseño, se tiene en cuenta las opiniones de los propietarios.
Uno de los principales atractivos de las viviendas nuevas es la oportunidad de personalización que ofrecen. Los compradores tienen la capacidad de moldear la casa según sus gustos y necesidades, desde la selección de materiales hasta la disposición de los espacios. Esta individualidad se traduce en un hogar que se adapta a la visión que tiene cada propietario, transformando la vivienda en un reflejo de su personalidad.
La eficiencia energética es otro pilar esencial en la construcción de viviendas nuevas. Con tecnologías de vanguardia y prácticas de diseño sostenible, estas propiedades se erigen como ejemplos de responsabilidad con el medio ambiente. Los sistemas de calefacción y refrigeración de última generación, el aislamiento de alta calidad y las ventanas de doble acristalamiento convergen para crear una envolvente térmica que reduce el consumo energético. Esta apuesta por la eficiencia no solo beneficia a los propietarios en términos de ahorro a largo plazo, sino que también contribuye al cuidado del planeta.
Las viviendas nuevas están respaldadas por garantías que brindan seguridad y tranquilidad a los compradores. Los constructores se comprometen a mantener la calidad y el estándar de construcción, ofreciendo cobertura contra defectos y problemas estructurales durante un período específico. Esta garantía actúa como un escudo protector que permite a los propietarios disfrutar de su nuevo hogar sin preocupaciones excesivas, sabiendo que cualquier eventualidad será atendida.
Como siempre se ha pensado, la adquisición de una vivienda nueva es una inversión de futuro. A pesar de los vaivenes del mercado, las construcciones con el tiempo tienden a aumentar su precio. Siempre será más fácil vender un piso de reciente creación en unas condiciones favorables para el vendedor, que un inmueble con decenas de años de antigüedad.
Piso rehabilitado.
A pesar de las ventajas de las viviendas de nueva creación, el mercado inmobiliario español ha virado hacia los pisos de segunda mano. Tanto en venta como en alquiler. Señala el periódico El País que de los 649.494 pisos que se vendieron en todo el 2022, 532.459 fueron viviendas de segunda mano. Estamos hablando de casi un 80%. Para hacerlas más confortables y atractivas, sus propietarios suelen rehabilitarlas.
Las viviendas de segunda mano rehabilitadas son como darles una segunda vida a los inmuebles antiguos. Es coger un edificio construido con anterioridad y adaptarlo a las necesidades actuales. Si el trabajo está bien hecho, no deberemos notar diferencias en cuanto a confort y seguridad con una vivienda de nueva creación. Es un puente entre el pasado y el presente.
La característica más distintiva de las viviendas rehabilitadas es su historia. Cada rincón de la casa lleva consigo huellas del pasado. Desde detalles arquitectónicos únicos que remontan a épocas anteriores. Esta fusión de estilos da como resultado un ambiente que evoca nostalgia y autenticidad.
La ubicación de las viviendas rehabilitadas es otro aspecto a destacar. Por lo general, se encuentran en el centro de las ciudades o en barrios con solera y personalidad. Esta ubicación céntrica ofrece una experiencia de vida más conectada, donde las comodidades, los servicios y la vida social están al alcance de la mano. Vivir en una vivienda rehabilitada permite a los residentes continuar con su vida en la ciudad.
Su precio es un atractivo significativo. En comparación con las nuevas construcciones, estas propiedades tienden a tener precios más accesibles, lo que las convierte en una opción a considerar para aquellos que buscan un hogar con un presupuesto más ajustado. Además del costo inicial más bajo, también pueden brindar oportunidades para la inversión, ya que la revalorización con el tiempo puede generar beneficios financieros.
El proceso de rehabilitación en sí mismo es un aspecto desafiante. Los compradores pueden embarcarse en una aventura creativa al restaurar y modernizar una propiedad antigua. Desde la selección de materiales hasta la planificación del diseño interior, este proceso permite a los propietarios dejar su huella personal en el hogar y transformar una estructura previamente deteriorada en un espacio habitable y hermoso.
No obstante, es importante señalar los desafíos que acompañan a la rehabilitación de viviendas antiguas. Dado que estas propiedades tienen una historia y a menudo han experimentado desgaste a lo largo de los años, pueden presentar problemas ocultos que requieren atención y financiamiento. Los sistemas eléctricos y de plomería pueden necesitar actualizaciones, y el mantenimiento continuo podría ser necesario para preservar la integridad de la propiedad a lo largo del tiempo.
De ti depende.
Si tienes la opción de elegir entre una vivienda nueva o una de segunda mano rehabilitada, de ti depende inclinarte por una alternativa o por otra.
Mientras que si te decides por una vivienda rehabilitada podrás seguir viviendo en la ciudad, en una zona que probablemente te guste y con la que te sientes identificado, también debes ser consciente que es probable que te metas en una dinámica de gasto más o menos continuado para conservar la vivienda.
Muchos de estos edificios, en especial los más antiguos, están inmersos en una sucesión de derramas necesarias para mantener operativo el inmueble. Estas reformas son costeadas con la aportación de todos los propietarios y en ocasiones cuando termina una, en poco tiempo, aparece otra.
Por otro lado, un piso nuevo te evita esas complicaciones, pero te verás alejado del ámbito en el que desarrollas tu actividad. Necesitarás gastar más dinero para ir a trabajar. Coger a diario el coche para desplazarte. Te costará más quedar con los amigos o salir un fin de semana a tomar unas copas, ir al cine o ver un espectáculo.
Aunque el centro de las ciudades está cada vez más envejecido, no debemos obviar que cuentan con una serie de servicios (hospitales, colegios, centros de ocio) que no encontrarás en una zona de nueva creación. En ocasiones ubicadas en un pequeño pueblo donde el suelo es más barato y hay más espacio para construir.
Elegir el tipo de vivienda en el que quieres vivir influye en el estilo de vida que vas a desarrollar a partir de ese momento.