Hablar de las necesidades básicas del ser humano es hacerlo, tal y como pensáis muchos de los que vais a leer estas líneas, de obtener los alimentos necesarios para que nuestra nutrición sea de lo más completa, de tener una casa en la que residir, de disponer de la ropa suficiente para vestir, de tener los productos necesarios para el cuidado de la higiene personal… Pero dentro del grupo de necesidades que se encuentran en este ámbito también podría hallarse una de las más básicas acciones que tiene el ser humano para formarse: leer.
Leer es un método idóneo para conocer el mundo que nos rodea. Si no leyéramos prensa, documentos en la red, los rótulos de los informativos… no tendríamos ni idea de lo que ocurre a nuestro alrededor. Leer es, además, un motivo de felicidad. Es la mejor manera de aprovechar nuestro tiempo libre y de tener una vida plena, algo que por desgracia no todo el mundo dice tener. Leer se ha convertido en uno de los mejores pasatiempos que la gente y cada vez goza de más adeptos.
Sin embargo, no es fácil convencer a la gente para que comience a leer un libro, una novela… En concreto, y según un artículo publicado por el diario El País en enero del año 2015, un 35% de los españoles no solía leer nunca o casi nunca. La buena noticia es la que se desprende de interpretar esta noticia desde el otro punto de vista: el del 65% de gente que todavía suele leer lo suficiente como para aprovechar de un modo ideal su tiempo de ocio. Basta solo con probarlo para darse cuenta de sus beneficios. Engancha de lo lindo.
Otro artículo, este publicado en el diario ABC durante este año, asegura que el número de españoles y españolas que no suelen leer nunca o casi nunca es de un 40%, lo que significaría que el número de personas que no suele leer ha aumentado en los últimos tres años. Es evidente que sigue habiendo mucha gente que no suele dedicar una buena parte de su tiempo libre a la lectura. Pero, de nuevo, es necesario ver el vaso medio lleno. Si estos datos son ciertos, tres de cada cinco españoles leer con asiduidad, ya sea en papel o a través de las nuevas tecnologías.
¿Está relacionado la cantidad de tiempo que empleamos en leer con la felicidad? Los profesionales de Ediciones Aljibe, una editorial encargada del suministro de material principalmente educativo, han querido responder a esta cuestión. Según su criterio, la relación es directamente proporcional: a más lectura, más felicidad. Es lógico, porque la lectura implica tiempo libre y cuanto más se tiene más se lee. De ahí que se incida mucho en la lectura a los niños. Cuanto más lean, más felices serán y mayores conocimiento tendrán para afrontar su futuro. ¡Menudo tesoro!
El papel, por delante de la pantalla
Ese artículo publicado por El País del que hablábamos antes hacía también una reflexión interesante en lo referente a los soportes que utilizan los lectores para ejercer su actividad preferida. Según los datos que maneja ese escrito, casi el 80% de los lectores prefiere seguir leyendo en papel y se manifiestan en contra de leer a través de una pantalla. Los problemas en los ojos y la incomodidad visual que implican esas pantallas es un argumento que da validez a esta teoría más que de sobra.
La situación contrasta, por ejemplo, con lo que viene ocurriendo en el mundo de los medios de comunicación, que prácticamente ejercen su trabajo íntegro a través de la web. El papel, en este ámbito, no pasa por su mejor momento y no tiene pinta de que eso se vaya a revertir en los tiempos venideros. No obstante, el papel siempre será un elemento de especial importancia en lo referido a la lectura de libros, manuales o novelas. Los datos que os hemos comentado así lo avalan.
Ser feliz es algo que puede depender de muchos factores y que, por supuesto, no es igual para unos que para otros. Está claro que es una cuestión totalmente subjetiva y que depende de cada uno. Pero lo que también está claro es que leer contribuye de un modo notorio a que todo aquel que lo practique se despierte cada mañana con un motivo para sonreír.