Un asunto como lo es la educación ha estado en boca de todos durante los últimos años. Este ha sido un asunto cuanto menos polémico debido a que unos han defendido que el presupuesto destinado a la educación en España se redujera y otros han manifestado su total rechazo a este ajuste. El debate ha sido político y la crisis, además, ha hecho que adquiera un tinte todavía más económico. De lo que no cabe ninguna duda es de que es un tema peliagudo y que hay que tratar con cuidado y con conciencia.
Uno de los principales medios para medir el presupuesto en materia educativa en los últimos años ha sido, sin duda alguna, el número de profesores y profesoras que se mantienen contratados en un lugar concreto. En efecto, la relación que hay entre profesores y presupuesto es directamente proporcional: a más profesores, más presupuesto. A menos dinero, menos profesionales. Es algo que tiene cierta lógica pero que ha levantado ampollas entre muchos sectores de esta sociedad.
Han sido años muy duros para los profesionales de la educación y parece que, por fin y tras mucho sufrimiento, se van acabando los problemas. Cada vez se necesitan más profesores y ese es el motivo por el cual todos aquellos que estén especializados en este asunto tienen motivos para la esperanza y para la confianza. De hecho, el año 2018 fue uno de los que más plazas de oposiciones ha sacado a concurso de la última década. Y es que es necesario que esta labor, tan importante para nuestra sociedad, siga siendo ejercida por cuanta más gente mejor.
La cuestión, como ya hemos comentado, ha sido objeto de críticas en uno y otro sentido. Un artículo publicado en la página web de la agencia de noticias Europa Press informaba de que España tenía, en el verano de 2018, 700.000 profesiones y 8 millones de alumnos en enseñanzas no universitarias, un dato que muchos han usado para calificar como todo un dispendio de recursos económicos un asunto como la educación. Lo cierto es que nosotros no podemos verlo de esa manera. Estos datos no reflejan sino una inversión comprometida en este campo.
Son tiempos de alegría y esperanza para todas aquellas personas que sueñen con ser profesoras. Y es que España sigue necesitando este tipo de profesionales y está apostando por el hecho de que aumente el número de profesionales de este estilo en las aulas. Nos lo han comentado recientemente desde Preparadores Valladolid, una de las entidades que trata de formar a este segmento de población para que consiga aprobar las oposiciones que les permitan disponer de ese puesto de trabajo que siempre han deseado. ¿Acaso no es este todo un motivo para sonreír?
Las mujeres siguen cumpliendo etapas en pos de la igualdad en las aulas
Otra de las buenas noticias que nos deja el campo de la enseñanza es que las mujeres ya no tienen ningún tipo de problema para entrar en este sector profesional. Un artículo del diario El País asegura que son ellas las que le están ganando la partida, en cuanto a número, a los varones, que cada vez parecen estar menos interesados en este campo. Desde luego, de lo que no podemos tener ninguna duda es de que sigue habiendo una buena cantidad de personas que están deseando dedicarse a la enseñanza.
El Plan Bolonia es el mejor argumento, por otra parte, para defender el hecho de que siga aumentando el número de profesores en nuestras aulas. Este plan defiende que, al menos en las universidades, se experimente un descenso del número de alumnos por profesor. Teniendo en cuenta que, lejos de la Universidad, hay 700.000 profesores y más de 8 millones de alumnos, podemos asegurar que el ratio es correcto y que, de esos 700.000 ‘profes’, no sobra nadie.
Es hora de apostar por la educación. Si realmente queremos que el futuro sea prometedor, tenemos que apostar por ella sin ningún tipo de duda y sin vacilar. Muchos países han hecho lo propio y tienen, a día de hoy, una sociedad mucho más justa. Ese debe ser nuestro objetivo. Todo lo que no nos conduzca hacia ese propósito será un fracaso del que, más tarde o más temprano, nos vamos a terminar arrepintiendo. No apostar por la educación es exactamente lo mismo que no depositar esperanza alguna en nuestro porvenir.